Revisando algunos libros viejos encontré, la trilogía
MEMORIA DEL FUEGO 3, de Eduardo Galeano. Subtitulada, El siglo del viento.
Al comenzar con las primeras páginas, encontré dos episodios
que referenciaban un mismo momento, fechado en el año 1902 y situadas ambas en
Guatemala. La primera titulada DECIDE EL GOBIERNO QUE LA REALIDAD NO EXISTE y
la segunda ESTRADA CABRERA.
Ya que se trata de una creación literaria, con bases
documentales, me recordaron muchas situaciones y hechos ocurridos en casi toda
América Latina. Y por eso me pareció un ejercicio entretenido, sintetizar ambos
y dejar correr la imaginación.
En la cuidad de Quezaltenango, Guatemala. Ejerció la ley,
Manuel Estrada Cabrera y después de desplumar la provincia, llego a la cumbre
de su carrera política, cuando forzadamente, se hizo de la presidencia de
Guatemala.
Desde entonces, se restableció el uso del cepo, azote y la
horca, para deshacerse de sus enemigos políticos y tener en forma gratuita, la
mano de obra indígena en los cafetales.
Se coloca la piedra inaugural de una nueva escuela, jamás construida.
Y se otorga él mismo, el titulo de educador de pueblos y protector de la
juventud.
El pregonero invita a la población de Quezaltenango, a la
fiesta de la diosa Minerva, con redobles de tambores y clarines.
Pero nadie pudo escuchar por el estruendo del volcán Santa María.
La comarca está siendo arrasada por un alud de barro y lava como también de una
copiosa lluvia de cenizas, acompañada de temblores.
El pregonero, haciendo equilibrio y cubriéndose la cabeza,
por las cenizas, cumple con su deber de informar. Pero en ese instante el día
se vuelve noche cerrada y lo único que se ve es el vómito del volcán.
En ese contexto, lee como puede, el bando del presidente que
dice
El volcán Santa María está en calma e igual se encuentran
los otros volcanes de Guatemala, el sismo ocurre lejos de aquí, en algún lugar
de México y que por ser normal la situación nada impide que se realice la
fiesta de la diosa Minerva, que tendrá lugar en la capital, a pesar de los
malévolos rumores de los enemigos del orden.
Será en el Partenón de la ciudad, que reproduce al Helénico,
convirtiendo a Guatemala, en la nueva Atenas del nuevo mundo y por supuesto, la
misma cuenta con su gran Pericles.